Un recorrido por una clínica dental que ha apostado por la transformación digital y la innovación. Parte 2

El día de la intervención, el cliente comprobará en su propia piel los beneficios de una clínica moderna y digitalizada. No todo tiene que ver con lo virtual, detalles como un sillón ergonómico y confortable son vitales. En la mayoría de los casos, los pacientes no tienen conocimientos técnicos sobre el oficio del dentista, pero quedan positivamente impresionados por un instrumento que es mucho más que un simple sillón dental.

Grupo Kalma propone en su catálogo un modelo de última generación: el K150 Advance, equipado con un panel de control para la unidad dental y el control del micromotor, limpiador de ultrasonidos y lámpara LED. Gracias a su configuración, los odontólogos pueden trabajar de forma más eficiente sin verse obstaculizados por el volumen de este accesorio.

Un poco de historia

La historia del sillón dental es más antigua de lo que imaginas. El primer artefacto data de 1723. El cirujano militar Pierre Fauchard, considerado el padre de la odontología moderna, diseñó un sillón dental ajustable que permitía a los pacientes recostarse. Tuvo que ser un año muy prolífico, ya que en estas mismas fechas publicó el tratado “Le chirurgien dentiste ou traité des dents” (El cirujano dentista o tratado sobre los dientes).

Pocos años después, en 1790 por ser precisos, el británico Josiah Flagg creó un sillón con reposabrazos más anchos de lo habitual y un reposacabezas regulable. El invento fue posteriormente perfeccionado por su compatriota James Snell, dentista londinense y miembro del prestigioso Royal College of Surgeons, que en 1832 introdujo un espejo iluminable.

El paciente asustado

Para muchas personas, ir al dentista es un suplicio hasta el punto de que se ha acuñado un término específico: odontofobia. Desde luego, tubos y bisturís acercándose inexorablemente a la boca pueden intimidar a más de uno, pero la tecnología ha avanzado mucho y en la actualidad ciertas prácticas intrusivas son cosa del pasado.

Puede que a un cliente realmente asustado no le convenzan tus palabras tranquilizadoras, pero probablemente baje la guardia cuando le muestres cómo funcionan determinados aparatos. Los dispositivos ACTEON para diagnóstico 3D, por ejemplo, emplean métodos poco invasivos y permiten sacar una panorámica de la boca en pocos minutos.

Una sonrisa de cine

Una sonrisa bonita es siempre una buena carta de presentación y no es de extrañar que en los últimos años hayan proliferado los anuncios de clínicas que prometen realinear los dientes o devolverles su color blanco natural. Según un artículo publicado por La Vanguardia, en España el 77% de los encuestados manifestó el deseo de mejorar su sonrisa, lo que viene siendo una muestra adicional de la importancia de este mercado.

El paciente que llegó a la clínica – positivamente impresionado por la gestión de la cita y la calidad de los materiales – podría expresar su deseo de hacerse ese retoque con el que siempre ha soñado.

Antes de reconstruir la boca de un paciente, es imprescindible realizar un escáner intraoral para obtener una visión completa.

Afortunadamente, ahora es posible recurrir a instrumentos como iTero, un escáner intraoral extremadamente higiénico y preciso. iTero hace superfluas las impresiones tradicionales, que tan poco gustaban a los pacientes por el mal sabor de boca que provocaban. Además, no deja residuos y reduce drásticamente los tiempos de trabajo.